
La presencia de los dos diques, el “Valparaíso” y el “Santiago”, constituyeron una demostración de poderío comercial y económico que sustentaba la ciudad de Valparaíso en el pasado.
La historia de los diques se remonta al año 1855, cuando Nicolás F. Tiedge construyó uno de madera, pues era indispensable disponer de una unidad de este tipo, debido al auge experimentado por el comercio marítimo.
Éste dique operó hasta el día 7 de junio de 1862, en que se hundió al estar realizando trabajos en el vapor "Clodia". El vapor fue mal ubicado en el interior del dique, el buque se tumbó sobre la estructura del dique, se colocaron las cuñas correspondientes para afirmarle y se retiró el vapor hacia el mar, pero el dique se hundió hasta desaparecer bajo la superficie. Unos veinte hombres se hallaban trabajando a bordo, en los primeros momentos se temió por su existencia, pero por fortuna todos se salvaron.
Dado el importante desarrollo comercial que se reflejaba en el arribo y zarpe de innumerables naves de diferentes banderas, se inició muy pronto la construcción de otra estructura de madera, en los Astilleros del constructor francés Juan Duprat, ubicados desde 1845 en la punta del mismo nombre.
Al nuevo dique se le denominó “Valparaíso” y entró en servicio en 1864. Sin embargo, la actividad alcanzaba tal intensidad que fue indispensable construir una segunda unidad de madera, que comenzó a operar en 1865, la cual fue bautizada como “Santiago”. Tenía 91 metros de eslora, 25 metros de puntal sobre la cubierta, 27,5 de manga a la altura de la borda.
El dique "Valparaíso", por un descuido, naufragó en 1915, mientras que el "Santiago" se hundió en 1921, a consecuencias de la violencia de un temporal que azotó a la bahía y a la ciudad.
Posteriormente se adquiriría un dique de fierro en Holanda, al que de denominó “Valparaíso II”. Este naufragó el 22 de mayo de 1940 abatido por un período de mal tiempo de gran fuerza y, junto con él, el vapor “Chile” que se encontraba en él sometido a reparaciones. Los consorcios extranjeros se negaron a intentar su reflotamiento.
El ingeniero Federico Corssen Decher, mediante la aplicación de técnicas propias, logró tal objetivo, en una maniobra de ingeniería notable. Este dique se hundió el 5 de Marzo de 1980 con un saldo de 5 personas muertas, incluido su capitán.
Hoy se encuentra en la bahía el dique “Valparaíso III”, comenzado a construir en 1982 en los astilleros de Asmar en Talcahuano y perteneciente a la empresa Sociber.
El Primer Dique.
Es un hecho histórico que las leyes de fomento a la marina mercante, promulgadas desde el nacimiento de la república, nunca se convirtieron en un programa sostenido de construcciones navales.
En 1852, el ministerio de marina informaba que los astilleros chilenos habían construído 170 embarcaciones, pero solamente 3 de ellas tenían más de 150 toneladas de registro.
El Tercer Dique.
En los años 1874-75 debido a la demanda de trabajo, los ingenieros Atkinson y Duprat construyeron en madera un segundo dique y se le llamó "Santiago". Tenía un poder de levante de 4.500 toneladas. En esos años fue cuando "Pancho" tuvo dos diques operativos, y fue también el momento cuando Ramón Subercaseaux los inmortalizó en una pintura que está en el Museo Nacional.
Sin embargo este dique "Santiago" comenzó a despedirse de Valparaíso a las ocho de la mañana del 20 de enero de 1921, cuando reintegraba al servicio al vapor "Magallanes", al que había reparado durante 40 días, se fue quedando en la sumergida. El buque salió, pero el dique se inclinó de proa, corrieron a auxiliarlo los remolcadores "Jasper", "Gálvez", "Neptuno", "Calbuco" y los regalones "Mataquito" y "Poderoso", pero nada pudieron hacer, entraba mas agua por la vía de 14 metros que tenía, que la que achicaban los remolcadores.
La noche del 21 de Mayo de 1940 se desató un fortísimo temporal en el puerto de Valparaíso. Fuera de la bahía se hallaba el acorazado “Almirante Latorre”, que empezó a garrear, no resistiendo sus anclas. Todos los esfuerzos hechos por los remolcadores de la Armada no pudieron evitar que este coloso retrocediera y se acercara cada vez más al dique flotante. A cincuenta metros del dique se hallaba un langostero con el que el acorazado colisionó. La pequeña embarcación fue lanzada contra el dique y se hundió. Todos los esfuerzos hechos por la tripulación del “Almirante Latorre” para evitar una catástrofe fueron vanos. Pocos minutos más tarde la gran nave chocó con el dique que contenía al vapor Chile y ambos se hundieron. Después de grandes esfuerzos la tripulación del acorazado logró ubicarlo al abrigo del molo del puerto.
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